El llanto de una nueva vida rompe el silencio del lugar, unas
manos llenas de sabiduría milenaria son el primer contacto que el recién nacido
tiene con las comadronas. Las comadronas son indígenas kichwas, que se encargan
de apoyar en las labores de parto en el Centro Intercultural Loreto, en un cantón que lleva el mismo
nombre
ubicado en la provincia de Orellana.
Por más de una década en este sitio, los saberes ancestrales luchan por sobrevivir al avance de la tecnología y a una atención menos humana en los hospitales mestizos. Según Nelson Dueñas, coordinador del Centro Intercultural Loreto, los y las indígenas entienden la importancia de mantener vivas sus raíces, y su cultura en un ambiente de confianza. Las mujeres kichwas sienten un ambiente de mayor tranquilidad cuando son atendidas por otra mujer de su misma etnia que será quien le ayude a traer ese tesoro que llevan en su vientre.
Así se lo realiza:
El parto vertical consiste en acostar a la madre en una cama muy parecida a la de la parturienta, eso le da un ambiente de familiaridad con su hogar y no se utilizan las camillas de los centros de salud. Las parteras indígenas, utilizan una crema a base del aceite de boa para hacer masajes y disminuir las dolorosas contracciones en el parto. Luego, la madre se agarra de una sábana colgada, justamente para
evitar la presión que ejerce el cuerpo sobre el vientre; para esto se pone a la madreen posición de cuclillas lo que provee mayor lasticidad en la vagina y así el niño tiene más facilidad al salir del vientre de su progenitora.
Cuando el vástago sale de la vagina, la cavidad vaginal se desgarra, en este caso las comadronas recomiendan que la paciente tome el chiriyuyo, una hierba medicinal que tiene un efecto desinfectante y previene las infecciones vaginales.
Además la infusión de esta hierba se utiliza para los lavados diarios.
Si hay presencia de alguna hemorragia, nada mejor que tomar agua de yuca, la misma que se prepara al rallar una porción la que luego se exprime y el jugo obtenido se bebe para frenar el sangrado.
Una vez que el bebé haya nacido, la madre puede sufrir trastornos emocionales, inmediatamente sus nervios son calmados con agua de guayusa, una planta con efectos tranquilizadores para el organismo. Posteriormente, las madres acuden a controles periódicos en los que las parteras se cercioran de la evolución que ha tenido la paciente
Jeanine Crespo, obstetra, trabaja por más de ocho años en el centro intercultural
Loreto. Crespo, cuenta que el recelo es un rezago cultural de las mujeres kichwas que por generaciones guardan resentimiento por el sometimiento que los españoles y colonos cometieron en contra de sus antecesores. Por tal razón, ellas paren en sus casas y no en un centro particular. A veces, toda esta situación puede causar que las vidas del niño y de la madre corran serios peligros. En el parto
importa mucho el estado de ánimo de la parturienta, explicó
Para la cultura indígena, el parto es un evento muy simbólico en la vida de la madre y de la familia, entonces cuando sucede una complicación con la paciente los familiares permanecen en el centro para acompañarla.
El equipo principal de las labores de parto son las parteras, por medio de ellas se llega a brindar atención a la comunidad indígena kichwa, las madres son atendidas para aliviar los dolores de parto y se busca métodos y campañas para prevenir alguna complicación durante el alumbramiento. Como en muchas partes se recibe las críticas de personas que no conocen la cultura indígena. Sin embargo, hemos
tenido que respetar y hacer respetar la forma de vivir de los kichwas y adaptarnos a su entorno, expresó Jeanine.
Agregados:
Hay un huerto de plantas medicinales que permite el uso inmediato a la parturienta.La opción también está disponible para servicio de as mujeres mestizas. El área de salud es la número 3 ubicada en Loreto – Orellana y la información se obtiene llamando a este número: 062893221
ubicado en la provincia de Orellana.
Por más de una década en este sitio, los saberes ancestrales luchan por sobrevivir al avance de la tecnología y a una atención menos humana en los hospitales mestizos. Según Nelson Dueñas, coordinador del Centro Intercultural Loreto, los y las indígenas entienden la importancia de mantener vivas sus raíces, y su cultura en un ambiente de confianza. Las mujeres kichwas sienten un ambiente de mayor tranquilidad cuando son atendidas por otra mujer de su misma etnia que será quien le ayude a traer ese tesoro que llevan en su vientre.
Así se lo realiza:
El parto vertical consiste en acostar a la madre en una cama muy parecida a la de la parturienta, eso le da un ambiente de familiaridad con su hogar y no se utilizan las camillas de los centros de salud. Las parteras indígenas, utilizan una crema a base del aceite de boa para hacer masajes y disminuir las dolorosas contracciones en el parto. Luego, la madre se agarra de una sábana colgada, justamente para
evitar la presión que ejerce el cuerpo sobre el vientre; para esto se pone a la madreen posición de cuclillas lo que provee mayor lasticidad en la vagina y así el niño tiene más facilidad al salir del vientre de su progenitora.
Cuando el vástago sale de la vagina, la cavidad vaginal se desgarra, en este caso las comadronas recomiendan que la paciente tome el chiriyuyo, una hierba medicinal que tiene un efecto desinfectante y previene las infecciones vaginales.
Además la infusión de esta hierba se utiliza para los lavados diarios.
Si hay presencia de alguna hemorragia, nada mejor que tomar agua de yuca, la misma que se prepara al rallar una porción la que luego se exprime y el jugo obtenido se bebe para frenar el sangrado.
Una vez que el bebé haya nacido, la madre puede sufrir trastornos emocionales, inmediatamente sus nervios son calmados con agua de guayusa, una planta con efectos tranquilizadores para el organismo. Posteriormente, las madres acuden a controles periódicos en los que las parteras se cercioran de la evolución que ha tenido la paciente
Jeanine Crespo, obstetra, trabaja por más de ocho años en el centro intercultural
Loreto. Crespo, cuenta que el recelo es un rezago cultural de las mujeres kichwas que por generaciones guardan resentimiento por el sometimiento que los españoles y colonos cometieron en contra de sus antecesores. Por tal razón, ellas paren en sus casas y no en un centro particular. A veces, toda esta situación puede causar que las vidas del niño y de la madre corran serios peligros. En el parto
importa mucho el estado de ánimo de la parturienta, explicó
Para la cultura indígena, el parto es un evento muy simbólico en la vida de la madre y de la familia, entonces cuando sucede una complicación con la paciente los familiares permanecen en el centro para acompañarla.
El equipo principal de las labores de parto son las parteras, por medio de ellas se llega a brindar atención a la comunidad indígena kichwa, las madres son atendidas para aliviar los dolores de parto y se busca métodos y campañas para prevenir alguna complicación durante el alumbramiento. Como en muchas partes se recibe las críticas de personas que no conocen la cultura indígena. Sin embargo, hemos
tenido que respetar y hacer respetar la forma de vivir de los kichwas y adaptarnos a su entorno, expresó Jeanine.
Agregados:
Hay un huerto de plantas medicinales que permite el uso inmediato a la parturienta.La opción también está disponible para servicio de as mujeres mestizas. El área de salud es la número 3 ubicada en Loreto – Orellana y la información se obtiene llamando a este número: 062893221
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