25 de agosto de 2012
El presente episodio eruptivo del Tungurahua, iniciado a principios de mes, se ha caracterizado por tener, luego de un inicio paulatino, dos etapas bien marcadas de actividad diferenciada.
Durante la primera, que va del 14 al 21 de Agosto, la erupción se caracterizó por un intenso tremor sísmico acompañado de bramidos fuertes audibles en toda la zona y una alta emisión de gas volcánico SO2 y ceniza permanente que fueron transportados por los vientos predominantemente hacia el Oeste. Entre la noche del viernes 17 y la mañana del martes 21 de Agosto la intensidad de las emisiones de ceniza y los bramidos alcanzaron su nivel más alto, habiéndose producido además el descenso de cinco flujos pirocásticos pequeños por el flanco noroccidental del volcán, los cuales se detuvieron a media montaña, a una distancia no mayor de 2.5 Km desde el borde del cráter, sin llegar a zonas cultivadas o pobladas. Un posible flujo de lava que parecía haber descendido por la parte alta de la quebrada de Cusúa fue descartado posteriormente por los técnicos del IG que realizaron un sobrevuelo en la zona con la ayuda de cámaras infrarrojas.
Como resultado de la actividad volcánica en esta primera etapa, el impacto por ceniza ya está dado, como puede apreciar en la Figura 1. Un grupo conjunto de científicos del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica NAcional y de la Universidad San Francisco de Quito han determinado que se depositó un volumen aproximado de 400 000 a 500 000 metros cúbicos de ceniza en las partes proximales del volcán. Como se puede apreciar en la Figura 2, los espesores máximos alcanzados por el depósito fueron de 3 mm en Yuibug, 2 mm en Pillate, 1.5 mm en Choglontús y Chontapamba, 1 mm en Cahuají y 0.5 mm en Puela. Las caídas de ceniza afectaron especialmente a las zonas y poblaciones ubicadas al occidente y en menor medida al sur-occidente, a una distancia no mayor a 15 Km con respecto al cráter.
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