viernes, 23 de marzo de 2012

Zoológico de Tarqui, un espacio para conocer más de cerca los felinos

Pastaza es cuna de la más rica biodiversidad que tiene la cuenca amazónica ecuatoriana y esa característica singular se expresa en los variados atractivos naturales que presentan en su meseta alta.

Uno de los lugares que en una hectárea y media de terreno sintetiza esa realidad regional, es el Zoológico de Tarqui, que está apenas a un poco más de tres kilómetros al suroeste de Puyo, en la parroquia rural de Tarqui.
Willian López, su propietario, señala que hay alrededor de 50 especies, entre animales y aves silvestres amazónicas, que son parte de ese hermoso complejo, convertido en los últimos años en uno de los principales referentes para el turismo nacional y extranjero.
Sus instalaciones han sido mejoradas de manera ostensible, con su dueño no se trató de cifras en cuanto a la inversión que realiza, pero si se habló sobre que la infraestructura que se ha construido y que se va aumentando, poco a poco, se lo ejecuta sobre la base de sugerencias técnicas de personas que trabajan en este campo.
Dice que comenzó el zoológico con media hectárea de extensión y que ha tenido que sistemáticamente, mientras crece la población animal y avícola en su interior, irse agrandando el espacio y, para ello, debió comprar una media hectárea más.
Los lugares de cautiverio donde habitan los especímenes propios de la selva amazónica han sido mejorados y hoy son mucho más cómodos para sus singulares ocupantes. Por ello, tanto los funcionarios del Ministerio del Ambiente, de la Dirección Nacional de Biodiversidad como los propios turistas, convertidos en inspectores voluntarios del estado en que se mantienen a los animales y aves, han destacado la forma cómo viven los “inquilinos” del Zoológico.
En su interior, senderos que han sido debidamente construidos, permiten a sus visitantes el seguir de cerca, mediante un recorrido a pie, la vida de sus ocupantes. Hay de todo un poco, como reptiles como las fascinantes serpientes o los míticos lagartos de quienes apenas sobresalen sus ojos sobre el agua. También hay una rica variedad de especies de primates o monos que juegan inquietos en sus espaciosas jaulas; en otro lado están las bulliciosas loras.
En animales mayores, se puede observar y conocer los pumas, los tigrillos o el jaguar, que está en grave peligro de extinción.
En su seno habitan los roedores más grandes del mundo, los capihuaras y junto a ellos una pareja de tapir que los indígenas lo llaman como “la gran bestia de la selva”. Ingresar a esa lugar, es hacerlo a un pedazo de selva, a compartir por breves momentos con los habitantes de ese misterioso escenario.
El Zoológico de Tarqui es la alternativa que tienen los turistas que visitan Pastaza para conocer lo que en esencia es la verde Amazonia. Dense un poco de tiempo, lo pasarán bien y saldrán con sus sentidos estimulados por sensaciones únicas que solo el tener un contacto visual con esos especímenes les irradiará.

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