El pueblo de los Shuar,
cuando antaño ganaban una batalla, tenían la costumbre de cortar la cabeza del
“guerrero jefe” enemigo y reducirla al tamaño de un puño. Esto, según sus
creencias, ayudaba a que el espíritu del decapitado no volviera para vengarse.
Seguramente ya habréis visto alusiones a este ritual en libros o películas.
Todavía a día de hoy hay mafias que lo siguen practicando a fin de vender las “tzantzas” –
las cabezas reducidas – a coleccionistas e incluso museos.
Pues bien, hoy me ha salido la vena macabra y os explicaré como
era este ritual. Como reducían los jíbaros las cabezas humanas.
* Obviamente lo primero que había que hacer era cortar la cabeza al enemigo.
* Con un cuchillo se hacía un corte desde la nuca hasta el
cuello, con lo que después se
estiraba de la piel a fin de separarla del cráneo. En este paso se
retiraban los huesos y las partes blandas: ojos, cerebro, etc.
* El siguiente paso consistía en meter la cabeza – lo que
quedaba de ella – en agua hirviendo durante
unos 15 minutos. Con esto se conseguía hacer la reducción. Para que el calor no
destruyese el pelo se le añadían al agua diferentes hierbas.
* En este punto había que dejar secar la cabeza, rasparla por
el interior para eliminar los posibles restos de carne que quedaran y frotarla
por dentro y por fuera con aceite de carapa.
* A continuación, a fin de darse consistencia a la cabeza, se
metía en su interior una piedra del tamaño de un puño o arena caliente.
* Finalmente se colgaba la cabeza sobre el fuego para desecarla poco a poco con el humo, a la vez que se le iba
dando forma a la piel con una piedra caliente. En este proceso la cabeza
acababa por reducirse. Después se retiraba la piedra o la arena y se teñía la
piel de negro.
La fotografía que
acompaña al artículo corresponde a una cabeza reducida que hay expuesta en el
"Pitt Rivers
Museum" de Oxford, Reino Unido.
De lo que se conoce oficialmente, según la
fiscalía Morona Santiago y la Policía Judicial de Pastaza, seis mujeres han
aparecido decapitadas, cinco aparecieron desde enero de 2008 . La otra víctima
murió en 2005.
Señala que la reducción de cabezas es parte de un rito ancestral único de su pueblo, los shuar. Dice que los guerreros cuando tenían luchas entre clanes de su nacionalidad o de otros pueblos, cuando regresaban llevaban una cabeza como trofeo.
Mediante la utilización de hierbas selváticas en infusión se realizaba la reducción y se convertían en tzantzas.
El fiscal de Morona Santiago, Humberto Tello, complementa esta información al señalar que sí, efectivamente, las tzantzas eran trofeos luego de luchas que mantenían los shuar pero a quienes les cortaban las cabezas era a hombres. "Hoy miramos con preocupación que las víctimas, en cambio, sean mujeres", advierte.
Tzantas por Internet. Tankamash y Tello hablan que las tzantzas son producidas para coleccionistas. Tello precisa que los valores que se pagan son altos y que los museos estarían ubicados en EEUU y Europa.
A través de Internet se oferta la venta de tzantzas señalando que son auténticas y que se encontrarían en buenas condiciones. Se ofertan en Pichincha, en un anuncio que fue publicado el 31 de octubre último pero que luego fue borrado, y en Guatemala precisando que son tzantzas originarias del Ecuador.
Esa información del Fiscal Distrital se corrobora con un anuncio hecho en internet de Exotic Trade, publicado en alemán, donde se dice se ofertan tzantzas en valores que van desde 6 900 hasta 18 900 euros.
El jefe de la Policía Judicial de Morona Santiago, Jimmy Calero, dijo que sobre las tres decapitadas encontradas allí está bajo investigación y anticipó que tendrían algunas pistas que están siendo analizadas.
Señala que la reducción de cabezas es parte de un rito ancestral único de su pueblo, los shuar. Dice que los guerreros cuando tenían luchas entre clanes de su nacionalidad o de otros pueblos, cuando regresaban llevaban una cabeza como trofeo.
Mediante la utilización de hierbas selváticas en infusión se realizaba la reducción y se convertían en tzantzas.
El fiscal de Morona Santiago, Humberto Tello, complementa esta información al señalar que sí, efectivamente, las tzantzas eran trofeos luego de luchas que mantenían los shuar pero a quienes les cortaban las cabezas era a hombres. "Hoy miramos con preocupación que las víctimas, en cambio, sean mujeres", advierte.
Tzantas por Internet. Tankamash y Tello hablan que las tzantzas son producidas para coleccionistas. Tello precisa que los valores que se pagan son altos y que los museos estarían ubicados en EEUU y Europa.
A través de Internet se oferta la venta de tzantzas señalando que son auténticas y que se encontrarían en buenas condiciones. Se ofertan en Pichincha, en un anuncio que fue publicado el 31 de octubre último pero que luego fue borrado, y en Guatemala precisando que son tzantzas originarias del Ecuador.
Esa información del Fiscal Distrital se corrobora con un anuncio hecho en internet de Exotic Trade, publicado en alemán, donde se dice se ofertan tzantzas en valores que van desde 6 900 hasta 18 900 euros.
El jefe de la Policía Judicial de Morona Santiago, Jimmy Calero, dijo que sobre las tres decapitadas encontradas allí está bajo investigación y anticipó que tendrían algunas pistas que están siendo analizadas.
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