El hecho sucedió cuando había llegado la hora de salida, la
tarde del miércoles, según cuenta Abdón Mayancha, dirigente de esa población,
habitada en su casi totalidad por indígenas kichwas. Las dos cuidadoras
responsables vigilaban a los 12 menores para entregarles a sus familiares, sin
percatarse que Carmen había salida hacia el patio, dirigiéndose hacia el
cerramiento que es solo de palos, presumiendo que pudo haber pasado por algún
sector hacia el terreno contiguo, donde desde hace 20 años hay dos excavaciones
que hicieron sus propietarios para secar el suelo, que es pantanoso, agrega. Al
llegar al filo de una de las excavaciones, se considera, cayó a su interior,
ahogándose.
Cuando su madre Susana Cáceres, profesora de la escuela de la
comunidad, llegó a buscar a sus dos hijas que encargaba diariamente para poder
trabajar, solo encontró a Rosa Matilde, quien tiene cuatro años. Por ello,
entonces se inició su búsqueda y fue su progenitora quien, precisamente, se
encontró con la menor tirada flotando en el agua.
Inmediatamente la sacó y pidió ayuda. Narra Mayancha que la niña
solo vomitaba el agua que había tragado, llevándole en su camioneta al Puesto
de Salud del Seguro Campesino, que está a unos kilómetros, pero estaba cerrada
la atención por mantenimiento. Siguió al Centro de Salud de Madre Tierra, pero
les dijeron que no tenían el equipamiento necesario para atender ese tipo de
emergencias, llevándola al Hospital Vozandes del Oriente de Shell, donde
simplemente se comprobó que había fallecido.
El dirigente comunitario dice que, las gestiones realizadas por
los dirigentes de Putuime ante varias instituciones y autoridades, nunca
encontraron el eco esperado. Entre los pedidos realizados, incluso, dijo
Mayancha, al mismo Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), estaba
precisamente el que se realice un cerramiento definitivo que aísle al Centro de
los terrenos circundantes, garantizando la seguridad de los menores. A pesar de
esos pedidos, nunca encontraron respuestas concretas, solo ofrecimientos.
Consideran que a partir de este trágico hecho, entonces sí se
tomarán cartas en el asunto y se pondrán a trabajar en reforzar las medidas de
seguridad.
El cuerpo sin vida de Carmen era velada en la casa de sus
padres, en el barrio Ñucanchi Allpa, en el sur de Puyo. Su papá, Ramiro Santi,
y su madre, Susana Cáceres, lloraban desconsoladamente por la pérdida de su
tierna hija, quien había aprendido a andar hace poco tiempo atrás.
Su mamá se planteaba preguntas en forma insistente tratando de
encontrar respuestas al porqué de ese hecho, incluso decía que tenía la
percepción de que podría pasarle esa tragedia. También señaló que no es culpa
de nadie, que fueron las circunstancias las que determinaron que ese hecho
conmovedor se diera. Agrega que sus otros cinco hijos, con Carmen eran 6, de
igual manera tuvo que criarles en ese mismo Centro y nunca tuvo problemas.
En el otro lado, tanto en el Ministerio de Inclusión Económica y
Social (MIES) como en el Instituto Nacional de la Niñez y la Familia (INFA) no
se entregó un pronunciamiento oficial respecto a este hecho sucedido en una
guardería de su Institución. El celular de la directora del MIES, Denisse Coka
no contestó en ningún momento, mientras que Karina Salazar, directora del INFA,
dijo que se debía hablar primero con su relacionadora Pública, Betty Jimbo.
Cuando se le preguntó el por qué con una funcionaria y no con la
Directora, dijo que se estaba coordinando convocar a una rueda de prensa para
hablar de ese tema, sin que quiera anticipar la hora en que se iba a dar esa
información. Hasta el cierre de esta edición se aguardaba esa invitación, que
nunca llegó.
Fuente: 7 dias
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