lunes, 16 de abril de 2012

Lluvias a mil en el Ecuador y la Amazonia

Siete provincias en emergencia. Los meteorólogos sostienen que una gigantesca nube cubre la región amazónica y se dirige hacia occidente. Las predicciones del clima son casi una suerte.

Estaba sentada en el filo de una mesa como descansando. Con sus manos intenta desarrugar el vestido rojo que lleva una muñeca llena de lodo, que tiene un solo zapato y a la cual le falta la cabeza. Mientras le hace nuevamente conversa a su juguete: le dice que no se ponga brava, que no pueden jugar en el patio porque la mamá ya dijo que era peligroso. Tiene doce años y el agua le daba justo en el filo de los hombros. Cuando caminaba, la suya era una cabeza que flotaba.

Su madre, Carlota, está recorriendo la casa. Tratando de levantar un poco más aquello que ya estaba levantado pero es que el agua “sigue subiendo. Parece que nunca se va a acabar esta desgracia”. Ella y sus cuatro hijos están albergados en una escuela en el centro de Calceta, provincica de Manabí, pero en el día aprovecha para volver al hogar.

Una provincia de extremos 
Según los técnicos del Inhami en el sector se esperaban 310 milímetros de lluvia y ya superaron los 700. No es un invierno normal pero tampoco es un fenómeno de El Niño; las precipitaciones se han incrementado hasta en un 200 por ciento en algunos sectores del país, dicen los expertos.

Los albergues están llenos y nuevas precipitaciones obligan a la evacuación temporal de otras decenas de personas, y a buscar más escuelas para improvisar en sus aulas los escenarios donde deberán permanecer hasta que los riesgos disminuyan.

Pero no hay esfuerzo que solvente lo que aquí pasa. Cuando se cree que una situación se ha controlado aparece otra. El deslizamiento que provocó que el río Coaque se embalse en el sector de Piedra Maluca provocó que se declare la alerta roja en Pedernales, Manabí. 2.700 personas fueron evacuadas, 152 familias debieron ser reubicadas porque donde estaban sus tierras ya no podrán regresar.

A pique 
Máximo Sornoza vive en El Aguacate, en Guayas. Está acostado en una hamaca y cuando pasan los brigadistas de la Secretaría Nacional de Riesgos les hace un gesto con la mano. Ellos ya saben. Sostiene una vara y con ella dibuja círculos en el suelo, una suerte de laberintos que no tienen entrada ni salida. Le pregunto por sus sembríos y concentra su mirada en esas líneas concéntricas, como sus respuestas. “Más allá de ese palo de teca estaba mi arroz. Estaba”.

Cuarenta y tres mil hectáreas de cultivos han sido afectadas hasta el momento. Treinta y seis mil se perdieron definitivamente y la gente de estos campos subsiste exclusivamente de eso. Pese a ello, en las zonas rurales de la provincia del Guayas no son pocos quienes –como Máximo– prefieren quedarse en su tierra antes que movilizarse al albergue. Ellos forman parte de los 84 mil afectados por este invierno, que ha dejado hasta nuestro cierre 12 personas fallecidas. Los afectados quieren soluciones inmediatas. Pero mientras siga lloviendo de esa manera no es mucho lo que se puede hacer.

Entre lluvia y granizo 
En Tulcán una veintena de familias perdieron sus casas, en Cumandá el río Chimbo se llevó el camino y dejó incomunicados a media docena de recintos, en Guano y Chunchi la tierra se mueve y los deslizamientos generan inconvenientes cuando no tragedias, en la parte subtropical de Cotopaxi los ríos crecen y a su paso van afectando cultivos. No hay proyección optimista: en abril, las aguas mil decían los antiguos –y Antonio Machado–.
Los expertos en el estudio del clima sostienen que el diablo sabe más por viejo que por poeta y que por diablo.

Una gigantesca nube cubre la región amazónica y se dirige hacia el Litoral: es el pronóstico. Entonces, que llueva en la cordillera occidental, que crezcan los ríos que bajan hacia la Costa, que las inundaciones se mantengan. Eso es lo lógico pero ocurre que con el clima sólo se tienen parámetros: la exactitud es casi una suerte. De repente un viento, una alteración atmosférica y pasa lo de Cuenca. Una hora de granizo y lluvia intensa bastaron para colapsar a la ciudad. Dos personas fallecieron, una quedó parapléjica, cientos de viviendas resultaron afectadas seriamente –unas por las inundaciones, otras por los derrumbes–, 80 familias fueron evacuadas.

En Calceta y en otras zonas el buen vivir se siente lejano. La evaluación final de daños será en mayo. 

Pronósticos Difíciles 
Según los técnicos del Instituto de Meteorología (Inamhi), climatológicamente es diferente lo que pasa en la Península, en Babahoyo o en Guayaquil. “Las lluvias en Babahoyo, por ejemplo son siempre el doble de las que se dan en Guayaquil, y más hacia el norte, en Santo Domingo, llueve el cuádruple”, afirma Raúl Mejía, coordinador del Inamhi en Guayaquil. Por ello también es difícil hacer un pronóstico de cómo se comportará el invierno en lo que resta de la temporada lluviosa.

Por la ubicación geográfica del Ecuador, en la formación de lluvias influyen muchos parámetros. Uno de ellos es la temperatura del mar que alienta las precipitaciones. Sin embargo a inicios de año la temperatura se situó en 0,5 grados menos que lo considerado normal y recién el 26 de marzo se detectó un ligero calentamiento. Es decir que el factor océano no es determinante en este año. El segundo parámetro importante es la influencia de la Amazonia que con sus más de seis millones de kilómetros cuadrados es la extensión más grande de bosque húmedo tropical del planeta. Contribuye también la confluencia sobre nuestro país de ambos hemisferios.

Analizando las estadísticas del primer trimestre de 2012, descubrimos, por ejemplo, que las mayores precipitaciones se han registrado en el centro-norte del Litoral, la más fuerte en La Concordia. Que febrero fue el segundo mes más lluvioso de los últimos 40 años en Milagro, superado únicamente por febrero de 1998 durante El Niño. Y que en Chone, en enero, febrero y marzo juntos, ha llovido un 10 por ciento más que en el mismo período de 1998. Este invierno es tres veces más fuerte que la media histórica pero aún lejos de superar a el último Niño. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COE declaró en emergencia una vía en Puyo